Seguro que en más de una ocasión le han comentado trucos o consejos con el fin de ahorrar con el uso de la calefacción. Vamos a tratar algunos de los mitos más populares que circulan referentes al ahorro en consumo de calefacción y de paso tratar de ahorrar unos cuantos euros en la próxima factura.
Un dicho muy extendido es que si disponemos de un habitáculo con ventanas, el frío que entra es de fuera y que el calor que se escapa hacia la calle es mínimo. La realidad es que el disponer de doble ventana supone ahorros de entre un 40% y un 50%, dependiendo del tamaño de las mismas, y el tipo de material también influye enormemente en la pérdida energética, ya que sí se escapa una cantidad considerable de calor. A largo plazo el ahorro es muy importante, con lo que se convierte en una inversión que requiere consideración si nuestro objetivo es ahorrar y obtener el máximo confort.
¿Y si apago y enciendo la calefacción en lugar de mantenerla encendida? ¿Es más caro? La lógica responde sola a esta pregunta, si bajamos la temperatura por la noche para mantener un ambiente agradable en lugar de mantenerla a la misma temperatura que durante el día y ese es nuestro objetivo, el ahorro es importante. Apagarla por la noche le supondrá más gasto al encenderla, aunque sin duda es más económico si la prioridad no es mantener la temperatura de la vivienda. Es decir, si usted quiere mantener una temperatura constante por ejemplo de 22º durante todo el día, obviamente no debe apagar la calefacción, si lo que desea es emplear la noche para ahorrar, obviamente el ahorro es a costa del confort, si la apaga conseguirá mayores ahorros, pero su confort se verá seriamente resentido, por ejemplo si se levanta al baño a media noche, o cuando amanece y tiene que darse una ducha para ir a trabajar, un término medio sería bajar por ejemplo de 22º a 17º en la noche de manera que obtendrá cierto ahorro sin comprometer su bienestar. A este respecto, la mejor fórmula para conseguir un ratio ahorro/confort óptimo, viene de la mano de hacer un uso inteligente de los programadores, de forma que quede programado subidas y bajadas de temperatura en función de si está o no en casa; y con las nuevas tecnologías, esto podemos hacerlo desde nuestro propio móvil.
Por último, podemos apagar sin miedo aquellos radiadores de las habitaciones de las que apenas hagamos uso. Lo que conseguimos es un gasto de energía totalmente innecesario, lo que tenemos que hacer es cerrar la llave de cada radiador que no se usa y listo. No tienen por qué estropearse ni repercute en el resto de la instalación.
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