A partir del 1 de enero de 2017, España deberá cumplir la norma europea  por la cual las viviendas con calefacción central deberán instalar medidores individuales en cada radiador, de forma que cada vecino pague por el consumo real que haya tenido.

Además de una medida justa (nadie beneficiará o perjudicará con su consumo a otros), se conseguirán importantes ahorros energéticos, según un estudio realizado por la Universidad de Alcalá.