Aproximadamente la mitad de la energía que gastan las familias españolas se destina a calentar sus viviendas. Por  ello, una instalación bien dimensionada, bien ejecutada y bien gestionada, puede hacernos ahorrar mucho dinero.

 

Un sistema de calefacción tiene –fundamentalmente- tres partes:

  • La que se encarga de calentar el fluido caloportador, como por ejemplo una caldera.
  • La que se encarga de transportar el fluido caloportador a los elementos que emiten el calor al ambiente. Esta sería el circuito de tuberías.
  • La que emite el calor al ambiente, como por ejemplo, los radiadores.

 

Los sistemas de calefacción se pueden clasificar según distintos criterios. Desglosaremos 2 de ellos.

 

Según la fuente de energía (los más comunes):

 

Gas Natural à su poder calorífico es de –aprox- 11.000 kcal/m3 ó 8.600 kcal/kg puede dar servicio a una caldera o a una bomba de calor.

Gas Propano à su poder calorífico es de –aprox- 24.000 kcal/m3 ó 12.000 kcal/kg. Igual que el gas natural puede dar servicio a una caldera o a una bomba de calor.

Gasóleo à su poder calorífico es de –aprox- 9.000 kcal/l ó 10.000 kcal/kg. Igual que el gas natural y el gas propano, comúnmente da servicio a una caldera.

Biomasa à su poder calorífico es de 4.386 kcal/Kg. Puede dar servicio a una caldera, a una estufa o a una hidroestufa.

Leña à su poder calorífico es de 3.500 kcal/kg. Puede dar servicio a una caldera, a una estufa o a una hidroestufa.

Electricidad à puede dar servicio directo mediante resistencias o mediante bombas de calor. En el caso de resistencias, el generador puede ser una caldera, o bien pueden estar instaladas en el emisor, como por ejemplo, un acumulador de tarifa norturna, o un radiador de calor azul. En el caso de bomba de calor, podríamos hablar de cualquier sistema partido de aire acondicionado o de aerotermia.