Adentrándonos en la época egipcia, tenemos constancia de que ya entonces, se buscaban y utilizaban soluciones para no pasar calor. Las formas eran rudimentarias, y aunque necesitaran multitud de esclavos para climatizar una estancia llevando piedras que se enfriaban por la noche en el desierto, eran sorprendentemente efectivas.

Afortunadamente los métodos han cambiado radicalmente. A mediados del siglo XIX es cuando el hombre ya tiene inquietudes para buscar solución a las temperaturas extremas, aunque no es hasta primeros del siglo XX en el que el término aire acondicionado tal y como lo conocemos hoy en día comienza a tomar forma.

Cuesta creer que el principal objetivo del que se ha considerado como el inventor del aire acondicionado fuera deshumidificar el aire en una imprenta que no conseguía imprimir a color los documentos a causa de la humedad ambiental generada en su taller. Al tratar de solucionar este problema, Willis Carrier dio con la clave al diseñar un equipo que no sólo consiguió este propósito citado, sino que después de varias modificaciones realizadas al prototipo inicial, consiguió crear una máquina capaz de controlar la humedad y temperatura dentro de un habitáculo, creó el aire acondicionado.

Este descubrimiento supuso un adelanto sin precedentes, ya que gracias a este inventor, multitud de industrias de diferentes sectores vieron cómo su producción y calidad de productos se vió notablemente incrementada

Hoy en día es un elemento prácticamente imprescindible, tanto en hogares residenciales como en industria, y es que el aire acondicionado nos hace la vida más cómoda y fácil.